—Podrías hablar de ello, sabes, tú nunca hablas de nada.
—Nunca hay nada que contar.
—Siempre hay algo que contar. Todos siempre tenemos algo que contar, porque estamos vivos y tenemos sentimientos, y no se basa todo en ser cerrada hacia ti misma.
—No. No hay nada que contar. Porque nunca le hablo a la gente de mis sentimientos, porque no quiero su lástima, no quiero que me vean, señalen y susurren cuando voy pasando. Porque es más fácil callar que expresarle cualquier sentimiento a una persona y se tenga que hacer cargo de ello, porque no es tan malo no hablar de un enamoramiento con nadie, porque es menos complicado que decir que me gusta alguien que no gusta de mí, o que mi vida se deshace, o que la persona que tengo que llamar "papá" no es ni las primeras letras de la palabra. No. Es más sencillo no decir nada.
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