miércoles, 19 de junio de 2013

Memoricé cada parte de tu cuerpo.
Conocí cada milímetro de tu piel. 
Supe cómo se movían cada una de tus pestañas.
Aprendí cada uno de tus hábitos al levantarte. 
Supe el sabor de cada uno de tus besos.
Conocí el calor de tu espalda y los latidos de tu corazón.
Supe cada una de tus técnicas de amar. 
Memoricé cada uno de tus suspiros y respiraciones, cada subida o bajada de tu pecho.
Me acostumbré a  tus manos siempre encima de mí, y a cada sonrisa robada que podía sacarte. 

Aprendí todas las cosas de ti, excepto qué pasaría cuando ya no te conociera... 

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